domingo, 27 de noviembre de 2011

Silence

Me paré a escuchar. Cuando hablas con tanto cuidado sé que lo haces porque no sabes qué decir, ya que tú sabes que yo adoro el sonido de la lluvia estampándose contra mi ventana. Aún así te presto atención.
Hablas y miro lejos,  tanto que me pierdo. Seguirte la corriente en la pequeñez de tu susurro es como una melodía contagiosa que se adhiere a mi mente, que destruye el puente de las lágrimas y endulza las palabras de mis labios incoscientemente. He llegado a amar ese sonido de la lluvia, transparente como el cristal y tú has conseguido que adore tu voz. Podía haberte ignorado y seguir escuchando ese silencio que se oye, que conquista, pero no lo hice porque no me dejas fingir que aún estás conmigo.